No importa la ropa que uses.
La música que escuches.
Los lugares a los que vayas.
Lo mismo da si quieres bailar Disco o si quieres rockear.
¿Qué más da si quieres soltarte el pelo o mejor acomodarlo?
¿Qué más da si usas ropa de diseñador o si tu estilo es más relajado?
¿Qué más da si tienes pluma o no?
¿Crees que “se te nota”? ¿Te importa?
Importa más tu valentía para enfrentar al mundo y sus prejuicios.
Haciendo que tu voz suene al unísono.
En nombre de aquellos que comenzaron la lucha.
Y por los que aún viven en las sombras.
O que por años habían callado.
Pero ahora se muestran con orgullo.
Expresando su identidad.
Si ataduras...sin temores.
Encarando la realidad del mundo y de su propio mundo.
No lo llames raro por no parecerse a ti.
Ni lo consideres ajeno por pensar diferente.
Porque tú también has discriminado. ¿Recuerdas?
Comencemos por aceptar la propia diversidad dentro de la comunidad.
Sólo así podremos aspirar al respeto entre nosotros.
Para continuar reflejando el propósito del movimiento.
El común denominador que nos impulsa a seguir luchando.
Diferentes en cómo somos, pero iguales en lo que somos.
Muestra tu libertad para actuar, pero también para aceptar y aceptarte.
Y cuando lo hagas, sólo cuando lo hagas.
El esfuerzo de todos habrá valido la pena.
Porque sueñas, amas, vives y sientes de muchas formas y colores.
Los mismos que representan la diversidad.
La tuya, la mía, y la de todos.
Ondeando la bandera que representa el orgullo de ser quienes somos…